En vez de Papa, parece un sencillo curita de barrio. Esta es la impresión que dejó Francisco entre las miles de personas que fueron a presenciar la misa en la que asumió el ministerio Petrino y la jefatura de Estado de El Vaticano.
Sus palabras simples, su mensaje claro, su voz suave y sus gestos calmos generaron una impresión contundente en quienes lo escucharon. "Me emocionó la humildad y la sencillez; no habló como estamos acostumbrados a que hable un Papa, con términos y conceptos difíciles de entender. Siento que él es muy cercano al pueblo", aseguró Fernanda Beattie, una argentina que vive en Valencia y que llegó a Roma para presenciar la misa.
La colombiana Angélica María Carbajal fue categórica: "Vine a Roma a agradecer que por fin llegó el Papa de los pobres". LA GACETA